lunes, 17 de septiembre de 2007

Tres, dos, uno...

Tres botes son los que dió la pelota en el aro antes de entrar en la canasta de la selección. Dos segundos los que teniamos para encestar, y de uno fue la diferencia por la que perdimos contra los rusos la final del EuroBasket'07.

Es complicado explicar el sentimiento tan irracional que lleva a un fan a vibrar con las victorias y sufrir con las derrotas. Justificar la propia existencia del fan me parece complicado. ¿Qué sentido tiene seguir a un equipo? Ellos ganan y pierden, y el mero hecho de la competición justifica su existencia, pero nosotros, ¿por qué nos emocionamos?

Hoy ha sido un día tristeza ingrávida. El maldito balón nos hizo desdichados cuando decidió huir de la red. Cobarde. La ilusión se desvaneció, pero pronto renacerá para conquistar el monte Olimpo.

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